‘Yo soy inmenso y contengo multitudes’: Dylan y Whitman

Este artículo fue publicado originalmente en 2021 y forma parte de mi libro ‘Hombre Lunar: ficciones y reflexiones‘ (2023). Última reedición: 2024.

Hace poco descubrí que una canción que me encanta se inspira en ciertos versos aclamados del gran poeta estadounidense Walt Whitman. En el siglo XIX, Whitman escribe en su poema Song of Myself (Canto a Mí Mismo): «Sí, me contradigo. Y ¿qué? Yo soy inmenso y contengo multitudes».

Do I contradict myself?
Very well then I contradict myself,
(I am large, I contain multitudes)

Walt Whitman, Song of Myself

En la canción de Bob Dylan I Contain Multitudes (Yo Contengo Multitudes), el compositor, músico, poeta y Nobel de Literatura nos recuerda que estamos repletos de facetas policromáticas y de contradicciones. La canción empieza así: «Hoy y mañana, y ayer también, las flores se están muriendo, como todas las cosas». Estas líneas son una oda al cambio constante, al movimiento. Más adelante, Dylan relata que él va hasta el borde, hasta el final… «voy justo donde todas las cosas perdidas vuelven a ser buenas». Para mí, aquí se habla de límites cruzados y por cruzar, de puertas que se abren y se cierran, de etapas superadas y de nuevas aventuras. Entre tantos otros versos enigmáticos y autorreflexivos, llegamos al eje de la canción: «Soy un hombre de contradicciones, soy un hombre de muchos estados de ánimo. Yo contengo multitudes».

Una de mis partes favoritas de I Contain Multitudes es cuando Dylan nos cuenta que duerme, en la misma cama, con la vida y con la muerte. En una entrevista con el New York Times, le preguntaron al poeta y cantautor cuánto piensa en la muerte, a lo que respondió:

Pienso en la muerte de la raza humana. El largo y extraño viaje del mono desnudo. No es por ser ligero, pero la vida de todos es muy transitoria. Todo ser humano, por muy fuerte o poderoso que sea, es frágil cuando llega la muerte. Lo pienso en términos generales, no de forma personal.

Bob Dylan

Bob Dylan compuso un homenaje a todas las disonancias que coexisten dentro de cada ser humano; tantos universos cognitivos, comportamentales y emocionales que cada uno contiene. Un homenaje a la complejidad humana. Todo esto me hace pensar en que no tiene sentido definirnos con adjetivos inflexibles, encerrarnos en cárceles, muchas veces autoimpuestas, de ideologías, formas de actuar, apariencias, errores y aciertos. Como también escribió Whitman, cada persona es inmensa y contiene multitudes. Hoy y mañana, y ayer también, estamos en constante movimiento y reinvención: como las flores y todas las cosas que han de perecer algún día.

Libro recomendado:

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