Haruki Murakami, el magistral escritor japonés y eterno candidato al Nobel de Literatura, publicó su más reciente novela, La ciudad y sus muros inciertos, en 2023. La llegada de su traducción al español parece hacer más ruido que nunca entre sus ávidos lectores de habla hispana. Unos dicen que ha merecido la pena esperar seis años por «uno de sus mejores libros». Otros, como Leonardo Padura (El País), han comentado que no es más que «un libro más de Murakami» (para mí, con eso basta y sobra). En cualquier caso, la llegada de una nueva obra del autor de Kafka en la orilla y Tokio Blues ya es siempre un acontecimiento literario de suma importancia a nivel global.
La novela tiene alrededor de 600 páginas y, según Padura, viene recargada de murakamismos: “mundos paralelos, viajes en el tiempo, amores imposibles, personajes alienados y hasta un poco de jazz”. Suena maravilloso, pero me intriga si aquello describe a una obra que se siente reiterante y sorprende poco, o simplemente indica que está a la altura de las mejores novelas de Murakami. La vara ya es muy alta.
Leer a Murakami es una experiencia transformadora, es adentrarse en un bosque, bajar a un pozo, pasear por un sueño.
Antonio Lozano (La Vanguardia)
En cuanto a su trama y temática principal, La ciudad y sus muros inciertos explora el autodescubrimiento de un joven tras la repentina desaparición de la chica de quien está enamorado. Amor perdido, búsqueda de identidad, universos trágicos e intensos: Murakami. Aquí la sinopsis completa:
Poco se imagina el joven protagonista de esta novela que la chica de la que se ha enamorado está a punto de desaparecer de su vida. Se han conocido durante un concurso entre estudiantes de diferentes institutos, y no pueden verse muy a menudo. En sus encuentros, sentados bajo la glicinia de un parque o paseando a orillas de un río, la joven empieza a hablarle de una extraña ciudad amurallada, situada, al parecer, en otro mundo; poco a poco, ella acaba confesándole su inquietante sensación de que su verdadero yo se halla en esa misteriosa ciudad. De pronto, entrado el otoño, el protagonista recibe una carta de ella que quizá suponga una despedida, y eso lo sume en una profunda tristeza. Tendrán que pasar años antes de que pueda atisbar alguna posibilidad de reencontrarla. Y sin embargo, esa ciudad, tal y como ella la describió, existe. Porque todo es posible en este asombroso universo donde la realidad, la identidad, los sueños y las sombras fluctúan y escapan a los rígidos límites de la lógica.
Según el diario The Objective, este último libro de Murakami se empezó a reescribir en pleno Covid y fue terminado en el primer aniversario de la guerra ucraniana (dos acontecimientos que, en palabras del autor, «se combinaron y cambiaron el mundo de forma dramática»). Murakami se describe durante aquel proceso de creación literaria como enclaustrado en casa, escribiendo sin apenas salir, bajo la presión, el nerviosismo y la incertidumbre del momento. Todos pasamos por algo similar, pero la pandemia también nos obligó a mirarnos dentro y reinventar. ¿Qué efectos secundarios pudo haber causado esto en la psique de un pródigo y reservado escritor japonés?
Me confieso, como los fans de los Beatles en los años 60, cegado por cierta admiración psicodélica hacia la obra de Murakami. Considerado por muchos como el mejor escritor vivo y con un Nobel que lleva décadas de retraso, ha publicado 15 novelas y 5 colecciones de relatos. Aunque todavía no he tenido la oportunidad de leer La ciudad y sus muros inciertos ―me comprometo a una reseña―, estoy convencido de que se trata de una lectura esencial en este 2024.
Atención: Murakami ―igual que los Beatles― provoca adicción.
Rodrigo Fresán (El País)
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