Estuve leyendo a Cal Newport, un autor y profesor reconocido por sus libros sobre productividad, enfoque y minimalismo digital. En su libro So Good They Can’t Ignore You (en español, Hazlo tan bien que no puedan ignorarte), Newport argumenta que las aptitudes se están convirtiendo en la moneda de cambio más importante para el éxito profesional. Aunque el libro fue escrito hace más de una década, hoy lo percibo particularmente relevante en un contexto de cambios rápidos y exponenciales en el ámbito tecnológico y laboral.

Tanto empresas como clientes valoran cada vez más, por encima de un simple currículum, habilidades específicas y ‘raras’, como las denomina Newport. En su obra, el autor introduce el concepto de ‘capital de carrera’: el conjunto de aptitudes valiosas y poco comunes que una persona puede ofrecer en su entorno laboral. En este contexto, no soy el único en cuestionar el peso actual de un título universitario y otras herramientas de educación tradicional que, aunque nunca garantizaron estabilidad laboral y económica a largo plazo, podrían ser aún menos efectivas hoy en día que hace veinte años. Sin embargo, Newport también nos advierte reiteradamente sobre el peligro del consejo trillado de «solo sigue tu pasión». La pasión, por sí sola, no garantiza competencia. Mucho menos una carrera exitosa.

Si quieres amar lo que haces, abandona la mentalidad de la pasión (‘¿qué puede ofrecerme el mundo?’) y adopta en su lugar la mentalidad de artesano (‘¿qué puedo ofrecerle yo al mundo?’). […] Primero debes acumular ‘capital de carrera’ dominando habilidades raras y valiosas, y luego aprovechar ese capital para obtener los atributos que definen un gran trabajo.

Cal Newport

Al referirse a la ‘mentalidad de artesano’, Newport resalta la importancia de la ‘práctica deliberada’: un enfoque intencional que se centra en fortalecer continuamente nuestro ‘capital de carrera’ mediante el trabajo esforzado y concentrado en tareas cada vez más desafiantes, con el objetivo de desarrollar habilidades cada vez más excepcionales. Este enfoque fomenta un entorno laboral con menos competencia y más probabilidades de destacar. Prioriza la excelencia sobre la pasión y el simple disfrute, promoviendo la inversión de nuestro tiempo y esfuerzo en aprender habilidades que ofrezcan ventajas verdaderamente competitivas. Me pregunto si el sistema educativo está alineado con este enfoque. ¿Debería estarlo?

So Good They Can’t Ignore You fue publicado en 2012, pero considero que su tesis central es congruente con los avances tecnológicos y sociales más recientes, como el ‘descubrimiento’ del teletrabajo sostenible durante la pandemia y el auge de la inteligencia artificial. Aunque el acceso a la educación práctica y al conocimiento aplicable nunca ha sido tan amplio, cabe señalar (aunque es evidente) que no todos pueden, quieren o necesitan explorar a profundidad esta revolución tecnológica, laboral y educativa que estamos viviendo. Sin embargo, al hablar del ‘trabajador moderno’, me refiero a la amplia y variada ola de profesionales que ya no dependen exclusivamente de la educación tradicional o del mundo corporativo para forjar una carrera exitosa. Estos profesionales se centran, camaleónicos, en el aprendizaje continuo y en el desarrollo de habilidades cada vez más valiosas para prosperar, de diversas maneras, en un mercado laboral cada vez más dinámico y globalizado. Pero también se enfrentan a un entorno muy cambiante y competitivo.

En mi caso, tanto el libro de Cal Newport como mi breve experiencia me han enseñado que es difícil convertir lo que te apasiona en un negocio sin el respaldo consciente de habilidades sólidas, persistencia y una mentalidad estratégica. En lugar de perseguir ciegamente lo que amamos y esperar a que el mundo nos recompense de manera incierta, es mejor enfocarse en desarrollar aptitudes específicas y diferenciadoras, así como en determinar y explotar lo que mejor podemos ofrecer en el mercado laboral. De este modo, es posible construir una carrera que no solo nos apasione, sino que también nos convierta en profesionales cada vez más estables, independientes y, sobre todo, indispensables… cada vez más difíciles de ignorar.

La pasión llega después de que te esfuerzas por volverte excelente en algo valioso, no antes. Lo que haces para ganarte la vida es mucho menos importante que cómo lo haces.

Cal Newport
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